Análisis de Disciples Liberation. Un RPG táctico de larga duración y en el que tus decisiones importan
Hay que remontarse al año 2014 para encontrar el lanzamiento del último juego de la saga Disciples. Por suerte, aquellos que alguna vez hemos disfrutado de estos RPGs de fantasía oscura y sus intensos combates tácticos estamos de enhorabuena gracias a la llegada de Disciples: Liberation. La ausencia de numeración en su título es toda una declaración de intenciones y, si bien no se puede considerar que estemos ante un reboot propiamente dicho, sí que estamos ante una suerte de reinicio qué, cómo veremos en este análisis, no termina de ser todo lo redondo que hubiera sido deseable.
Hace tan solo un par de meses tuve la oportunidad de hablaros sobre King’s Bounty II, un título que, tras un buen número de expansiones y varios años de silencio, se atrevía a dar un paso adelante en forma de nueva entrega con el propósito de ser un reinicio de la saga. Algo que en muchos aspectos consiguió, a pesar de tropezar con algunas piedras en el camino. De hecho, demostró que se puede hacer algo distinto dentro del RPG tradicional basado en combates tácticos. Es normal, por lo tanto, que recibiera este análisis de Disciples: Liberation con bastante ilusión. Las promesas de Kalypso y Frima Studio no han sido poca cosa, apelando a una aventura madura, repleta de decisiones con un buen montón de consecuencias que afrontar mientras gestionamos nuestro propio ejército y asentamiento en la piel de su protagonista, Avyanna.
Sin embargo, el resultado no me ha terminado de convencer del todo, reabriendo (sí, otra vez) el debate sobre la duración de los videojuegos ya que, y vaya esta opinión mía desde el principio por delante, Disciples: Liberation agota su fórmula por sobreexponerla, no contando con la suficiente profundidad para sostenerla durante toda su duración. Permitidme divagar aquí un instante, pero es que el otro día el algoritmo de YouTube me condujo a un vídeo de Chicote, en el que el famoso cocinero juzgaba un bocadillo de medio metro con una enorme salchicha dentro: “obviamente si lo que quieres es llenarte, con esto no cenas”, decía mientras sostenía el inmenso trozo de pan entre sus manos.
Pero amigos, con los años y la perspectiva no es que se pierda apetito, pero se quiere comer mejor, disfrutar más de los platos y que cada bocado sea tan intenso como el anterior. Pues con los videojuegos, ocurre lo mismo. Así que, si cómo decía Don Alberto en su programa de televisión si lo que quieres es llenarte, puede que Disciples: Liberation sea una opción interesante para ti porque, incomible no es, pero la cantidad de platos que hay en la carta a día de hoy son una dura competencia.
Disciples: Liberation te hará tomar muchas decisiones
Teniendo claro que el título es lo que es, centrémonos ahora más en los detalles. En Disciples: Liberation asumimos el papel de Avyanna, una experta mercenaria que, mientras se encuentra en mitad de lo que parece un encargo más para dar caza y asesinar a un objetivo, ve como algo muy extraño sucede a su alrededor, transportándola a ella y a su compañero Orion a la ciudad perdida de Yllian. Fiel a nuestro papel como cuchillo a sueldo, las preguntas que los personajes se hacen sobre cómo y por qué han llegado allí no son demasiadas y las explicaciones del juego en lo referente esta materia son pocas y muy espaciadas durante el progreso de la aventura que tardará unas aproximadamente 20 horas en empezar a darte un propósito claro que vaya más allá de un mero divertimento para matar el tiempo.
No obstante, sí que hay algo que tenemos muy claro desde el principio en Disciples: Liberation, tendremos que reconstruir esta ciudad y crear alianzas con las distintas facciones que pueblan el Reino de Nevendaar para liberarlo, gobernarlo o tiranizarlo, el resultado depende puramente de tus decisiones durante la aventura.
El hecho de que Disciples: Liberation sea tan críptico en la información que nos da desde el comienzo de la aventura tiene su justificación. En este RPG en perspectiva isométrica irás haciendo frente a un enorme número de misiones principales y secundarias que, en lugar de estar conducidas por un hilo central que ejerza de eje y motor para la historia, se comportan más como un compendio de pequeños relatos con los que entretenerse y que, a base de tomar decisiones que tendrán sus consecuencias, acaban entretejiendo el constructo narrativo de un juego que flojea demasiado a la hora de mantener la intensidad de sus distintos “cuentos”, siendo muy desiguales en lo que al interés que me han suscitado se refiere a lo largo de las más de 80 horas que dura la aventura.
Disciples Liberation tiene algunos destellos en su narración que lo colocan a un buen nivel
Con todo, Disciples: Liberation tiene algunos destellos en su narración que lo colocan a un buen nivel en cuanto a temática adulta. Siendo muy explícito a la hora de dejar al jugador decidirse por caminos que me han llevado desde mantener libidinosas relaciones carnales con súcubos, hasta acabar con un ejército entero de elfos guiado solo por mi obstinación y el convencimiento de que esa era la forma más adecuada de proceder. La mayoría de las conversaciones no suelen ser demasiado extensas, y ofrecen muchas posibilidades a la hora de salir por distintos derroteros, algo que se agradece en un principio, pero que a la mitad de juego acaba agotándose, no siendo difícil constatar que, en realidad, es más frecuente de lo que debería encontrarse con que esa variedad en las respuestas no acaba teniendo un impacto tan directo sobre las acciones de los personajes que habitan Nevendaar como el juego te quiere hacer ver en un principio.
Si bien es posible que haya cierto “truco” en ese libre albedrío que Disciples: Liberation pone sobre la mesa con este sistema, sí que es algo que va a ir afectando de manera progresiva a los cinco posibles finales que tiene el juego, pero que, como veremos más adelante, son fácilmente monitorizables gracias al sistema de alianzas y lealtades que el programa pone sobre la mesa, siendo sus medidores de progreso referencias que pueden acabar jugando un peso muy importante en el grueso de todas estas pequeñas diatribas.
Casi 300 misiones que afrontar
Algo que no me ha convencido en muchos momentos de la aventura tiene que ver con la forma de proponer las misiones que tiene Disciples: Liberation. En mis visitas a sus distintos reinos he podido cabalgar y explorar tanto interiores como exteriores, venciendo en combates o conquistando nuevos puntos de suministro por el camino. Sin embargo, demasiado frecuentemente he comenzado algunas tareas sin tener del todo claro el contexto para poder tomar una decisión con suficiente conocimiento de causa, habiéndome quedado una gran sensación de improvisación en buena parte de la experiencia. Sin duda, hubiera preferido haber estado algo más ubicado en ocasiones a fin de haber tenido más claro si el rumbo de mis decisiones iban, tan siquiera, en el que yo quería darle al juego.
Como ya he mencionado, nuestras elecciones en Disciples: Liberation tendrán consecuencias. En ocasiones tendrán que ver con la unión a nuestro grupo de alguna unidad especial o acompañante, pero la inmensa mayoría de las veces supondrán un beneficio o menoscabo al sistema de reputación que mantenemos con las cuatro facciones del juego. Dependiendo de esto, cada una de ellas, puede enemistarse completamente con nosotros, permanecer neutral o alcanzar un punto de alianza y confianza total. En las primeras horas de juego parece posible mantener a raya a todas ellas, consiguiendo tenerlas más o menos contentas, pero, nada más lejos de la realidad, ya que pronto muchas de las decisiones que tendrás que ir tomando en Disciples: Liberation acabarán por enfrentarte a una u otra, aunque no quieras.
Al comienzo de cada enfrentamiento puedes configurar tu ejército cómo desees.
Avanzando en todo lo que os quiero contar del título, que tiene bastantes capas interesantes, no puedo cerrar aún con el apartado que más tiene que ver con las misiones, no para hacer referencia a su estructura, carga narrativa o sistema de decisiones, sino para criticar algo que se ha hecho palpable desde el comienzo de mi partida y que, lamentablemente, he arrastrado durante toda la experiencia. Estoy hablando de las indicaciones de nivel para las distintas tareas. Me parece bien que los títulos se preocupen por dar al jugador referencias y evitar que se frustre en alguna forma al encontrarse ante desafíos que no puede completar, en este caso por no contar con el nivel de experiencia suficiente para Avyanna y su ejército. Sin embargo, Disciples: Liberation se desbalancea demasiado pronto en favor del jugador, y esto tiene que ver con esos “cartelitos” que te indican si la misión principal, secundaria o de compañero que estás haciendo en ese momento te va a ser fácil o difícil.
Disciples Liberation se desbalancea demasiado pronto en favor del jugador
Sin selector de nivel de dificultad de por medio, a poco que evites meterte en misiones difíciles y vayas haciendo secundarias, pronto conseguirás que el nivel de tus ejércitos esté muy por encima del reto que el juego plantea, por lo que su mayor mecánica jugable, los combates, se va a ver seriamente perjudicada en términos de intensidad. Obviamente no descubro el fuego con esto, pero creo que otras experiencias como Borderlands o JRPG’s al estilo de Bravely Default II que adolecen de un problema muy similar, no se ven tan lastradas como sí le ocurre a Disciples: Liberation.
Creo que este fallo en el diseño ha hecho que mi experiencia con el programa no fuera tan positiva como hubiera querido. Porque lo cierto es que el título se esfuerza en disponer un buen número de unidades distintas en los tableros de combate. Cada una de las facciones cuenta con distintas clases de soldados que vas a tener que ir descubriendo de manera progresiva, ya sea a base de combatirlas, o investigando y desarrollando, desde nuestra ciudad de Yllian, los distintos barracones y lugares en los que reclutar y entrenar a tu ejército.
Lamentablemente el diseño de las arenas de combate se ha quedado estancado
Los combates suceden por turnos, puntos de acción de distintos tipos como desplazamiento, ataque o hechizo y con casillas hexagonales. Una propuesta muy similar al ya citado King’s Bounty II, pero que tiene algunas diferencias entre sus similitudes que lo hacen un poco distinto al juego de 1C. La mayor diferencia en que Avyanna es un personaje controlable sobre el tablero, no permanece en el retaguardia en tareas de comandancia, para esos menesteres Disciples: Liberation reserva tres casillas en las que puedes ubicar a casi cualquier unidad que tengas de entre tus ejércitos, su influencia sobre las unidades que libran la batalla en tablero son eminentemente pasivas, y se agradece el esfuerzo de haber creado esos dos perfiles (activo y pasivo) para cada una de las tropas.
Lamentablemente, y a pesar de que el título cuenta con mucha variedad en cuanto a ataques que realizar y hechizos que conjurar, el diseño de las arenas de combate se ha quedado estancado y muestra poco progreso sin prestar demasiada atención a la verticalidad o las tres dimensiones de los escenarios, limitándose a intercalar algunos objetos que cierran el paso en determinados puntos del campo de batalla y, de una manera algo más inspirada, situar sellos sobre el terreno que pueden tener tanto efectos positivos como negativos en las unidades que los atraviesen. En la línea de esta variante, hay que tener en cuenta también que muchas veces, estos escenarios pueden verse sacudidos por tormentas eléctricas cambiantes que te obliguen a mover a tus unidades antes de que acabe el turno si no quieres ver cómo baja su vida.
Así explicado, a Disciples: Liberation se le podría perdonar que su planteamiento de los combates no fuera más allá de las dos dimensiones y creo que en una experiencia más acotada, no le hubiera pasado tanta factura. No obstante, y a pesar de contar con un botón llamado “Conquistar” gracias al que ganaremos de manera automática los enfrentamientos en los que los enemigos no tengan nada que hacer por cuestiones de diferencia de nivel, la experiencia de combate del juego pronto se vuelve plana, repetitiva y muy escasa en términos de reto o alicientes. Algunos enfrentamientos se alargan de forma innecesaria cuando la victoria es tuya de manera evidente y vas a tener que ir gastando turnos para acorralar a unidades más móviles que apenas consiguen hacerte daño pero que se mantienen con vida impidiéndote progresar con la aventura.
Llegado un momento, tendremos que elegir una especialización para Avyanna.
Los distintos recursos que necesitamos para reclutar y entrenar unidades, o crear nuevos edificios empiezan a llegar pronto en grandes cantidades, algo que, sumado a que podemos ir reemplanzando edificios sin ningún tipo de coste para el jugador hace que el apartado de gestión se vuelva prácticamente testimonial. Pudiendo hacer casi todo lo que queramos en el momento que el juego lo permita o desbloquee atendiendo a excusas argumentales.
Además de mejorar nuestros edificios en Yllian, también podremos subir el nivel de nuestra unidades de manera automática, de forma que, en ningún momento, estas se queden por detrás el nivel de progreso de Avyanna, que es quién marca el límite de nivel. Lo cierto es que es bastante placentero hacerse con un buen número de unidades e ir obteniendo otras de mayor nivel y potencia que además van a ser necesarias en momentos más avanzados del juego, pero, en la línea de lo que os he venido comentando, el juego es quizás demasiado amable con el jugador en esta faceta, poniendo pocas trabas a la hora conseguir tantos soldados, hechiceros, demonios o no muertos que las pérdidas de cada batalla van a ser prácticamente irrisorias.
A lo largo del juego vamos a ir acompañándonos de nuevos personajes que tienen un peso en la narrativa
Además, de todas estas tropas comunes, a lo largo del juego vamos a ir acompañándonos de nuevos personajes que tienen un peso en la narrativa y que, a su vez, tendrán habilidades especiales en combate que los harán muy atractivos a la hora de ser incorporados a nuestro ejército de a pie. Sin embargo, existen limitaciones y el nivel de Avyanna, así como sus puntos de liderazgo, van a ir poniendo algo de freno a las unidades que disponemos para el combate, así que habrá que tener en cuenta que las unidades de mayor rango requerirán de más puntos de liderazgo, por lo que puede que haya que sacrificar en algunos momentos la cantidad de las unidades en pro de la calidad de las mismas.
En lo que se refiere a los acompañantes, estos son, obviamente personajes con peso en la trama, y vas a poder hablar con ellos en tu base para conocerlos mejor e, incluso, establecer algún romance al más puro estilo Mass Effect, algo que siempre gusta. Además, estos incorporan una mecánica bastante particular denominada “poderes de mundo”. Gracias a un atributo único, cada uno de tus acompañantes te va a ir desbloqueando el paso a zonas que antes eran inaccesibles por estar cortadas, por ejemplo, por enredaderas venenosas. Al fin y al cabo se trata de una forma de backtracking que se ha sabido integrar al juego de una manera original.
Prestar atención al equipamiento y hechizos
Contaremos con varios árboles de habilidades desde los que gastar los puntos de experiencia adquiridos tras la subida de nivel.
Como he mencionado anteriormente, Avyanna va a ser una unidad manejable en el campo de batalla. De hecho, como protagonista, cuenta con algunas particularidades que el resto de tropas no tienen. De esta manera podrás personalizar su equipamiento, atendiendo a equipos de armadura, complementos y armas, algo que va a subir sus estadísticas dentro del campo de batalla y que se va a aplicar de manera puntual en algunos enfrentamientos durante el juego en los que tendrás que hacer frente a duelos uno contra uno. Pero el motivo por el que realmente Avyanna tiene más relevancia sobre el grupo tiene que ver con el libro de hechizos. Progresivamente vamos a ir consiguiendo nuevos encantamientos que se pueden equipar a un menú de selección rápido y usar durante los combates. Existen hasta cuatro grados distintos de calidad y, si se saben gestionar y utilizar, aprendiéndolos con frecuencia desde nuestra base van a acabar marcando la diferencia en los combates, especialmente en las fases más avanzadas del juego aunque solo sea, en muchos casos, para finiquitar los enfrentamientos de la manera más rápida y efectiva posible.
Disciples: Liberation cuenta también con algunos otros detalles menores como una forja en la que aumentar el nivel de nuestro equipamiento o un mercado en el que intercambiar recursos en caso de ir corto de alguno de ellos. Añadidos que denotan que se ha puesto cariño en la obra, tratando de hacerla lo más completa posible, pero que pasan muy por debajo del radar en el conjunto de la aventura.
En lo visual hemos analizado el juego en PC y cuenta con un apartado artístico muy agradable
En lo visual hemos analizado el juego en su versión de PC y lo cierto es que cuenta con un apartado artístico muy agradable. Los diseños de cada una de las unidades de combate son muy bonitos y los efectos de partículas y hechizos en pantalla durante los combates muy espectaculares. Me ha gustado mucho en este sentido y además, tiene un rendimiento muy versátil. Lo he ido jugando en mi equipo de sobremesa y portátil de manera alternativa, escalando sin problema a 4K y 60 fps en el mejor de los casos con la 2080 Super y comportándose muy correctamente a 1080p y 30 fps con una 940 mx, lo que indica una muy buena optimización por parte de Frima Studio.
El título llega completamente traducido y muy bien localizado al castellano, con voces en inglés para muchas de sus líneas de diálogo, aunque no todas, y una banda sonora meramente ambiental de la que no se puede destacar ningún tema en concreto.
Alargado y sin desafío
Disciples: Liberation
Por:
El equipo de 3DJuegos
Disciples: Liberation es un RPG táctico en el que tendrás que tomar muchas decisiones que te van a conducir a distintos finales. Sin embargo, y a pesar de ser un juego muy completo en cuanto a mecánicas y detalles, con un buen número de opciones de diálogo, su extensa duración le acaba pasando factura. La sobreexposición de sus mecánicas de alianzas con las distintas facciones del juego y, sobre todo, el escaso desafío que acaban suponiendo sus combates a poco que te centres en hacer algo más que su campaña principal, lastran demasiado la experiencia de un título que va de más a menos. Sería un recomendado total si se hubieran focalizado más en crear un desafío táctico a la altura y menos en rellenar horas de juego en misiones que muchas veces aparecen poco contextualizadas para lo que los amantes de los CRPG’s exigimos.
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5 Cosas que debes saber:
- Disciples: Liberation ofrece una experiencia de RPG con combates tácticos por turnos donde tus decisiones tienen un peso importante en la narrativa.
- Tendrás que gestionar tus ejércitos, reclutar unidades y hacer crecer tu asentamiento a lo largo de sus más de 80 horas de juego.
- Existen algunos personajes especiales llamados acompañantes que son de lo mejor de la aventura en términos de narrativa y como unidades de campo.
- A pesar de su profundidad y extensión de mecánicas la propuesta pierde fuelle e interés rápidamente ante la ausencia de un desafío real.
- El título cuenta con un anecdótico modo en línea para dos jugadores en forma de escaramuzas.
Jugadores: 1 (1-2)
Idioma: Textos en castellano y voces en inglés
Duración: 80 horas (Campaña) + Multijugador
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